El señor Teste dice: ".... tenía la fuerza de mi deseo infinito de nitidez, del desprecio de las convicciones y los ídolos, de la repugnancia de la facilidad y del sentimiento de mis límites.
"Vuelvo a ver ahora algunos centenares de rostros, dos o tres grandes espectáculos y tal vez la substancia de veinte libros. No he retenido ni lo mejor ni lo peor de las cosas: queda lo que ha podido quedar. Esta aritmética me ahorra el asombro de envejecer. Podría también hacer el recuento de los momentos victoriosos de mi espíritu e imaginarios unidos y soldados, componiendo una vida felíz. Pero creo que siempre me he juzgado bien. Rara vez me he perdido de vista, me he detestado, me he adorado; después hemos envejecido juntos."
"Las cosas abstractas o muy elevadas para mí no me aburren cuando las escucho; encuentro en ellas un encantamiento casi musical. Hay una bella parte del alma que puede gozar sin comprender y que en mí es muy grande."
"Después de todo yo soy muy feliz de no entender demasiado, de no adivinar cada día, cada noche, cada momento próximo de mi paso por la tierra. Mi alma tiene más sed de ser asombrada que de cualquier otra cosa."
"... elllos no se equivocan entre sí. Ellos se adivinan..."
"desprecia tus pensamientos de la misma manera que ellos por sí mismos pasan... ¡y vuelven a pasarl! "
"El infinito, querido amigo, ya no es gran cosa, es un asunto de escritura. El universo no existe más que sobre el papel. Ninguna idea lo presenta, ningún sentido lo muestra. Se habla y nada más."
"Mi posible no me abandona jamás."
"Adiós. Pronto va ... a acabar.. una cierta manera de ver. Tal vez bruscamente y ahora."
-Paul Valéry-
No hay comentarios:
Publicar un comentario