"Para el filósofo Erich Fromm, la mayor inquietud de la gente no sólo pasa por amar sino por ser amado, por eso nos colocamos en la posición de objeto codiciado. Son varias las formas de la codicia que deseamos provocar en nuestros semejantes. Ser ricos, poderosos, populares, atractivos, estas son las cuatro formas en las que depositamos nuestras esperanzas de ser amados.
Pero la madurez del amor consite en saber entregarnos a otro sin perder la individualidad. Mantener la integridad y no perderse en el amor, encontrarnos a nosotros mismos a través del otro.
En el amor maduro se da la feliz paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos.
Por eso exige cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, cualidades que están en la persona que desarrolla productivamente sus poderes.
Así, respetar significa preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es y no para servirnos."
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