"Para hablar de Hugo del Carril, hay que hablar del hombre y sus
sentimientos; del hombre y sus sinsabores; del hombre y su felicidad... del
hombre y del pueblo... (...) Hugo era el pueblo, y el pueblo vivía en un
Hugo..." (Así se inicia la biografía de Hugo del Carril en la Colección "Los
Grandes del Tango").
"Hugo del Carril fue además un hombre de una corrección ejemplar. Mientras dispuso de medios acudió en ayuda de cuanto colega lo necesitó.Y su palabra, su amistad y su consejo estuvieron siempre al lado de los jóvenes, a quienes asistió con su experiencia y su solidaridad. Siempre puso el gesto amistoso y cordial por sobre las diferencias que en algún momento lo hirieron.
Esa hidalguía, unida a su simpatía y a su apostura (una especial mezcla de porteñidad y criollismo), más sus condiciones artísticas, contribuyeron para ratificar el adjetivo de ídolo popular que hemos elegido para esta nota, como un merecido homenaje a su digna trayectoria." (Gaspar Astarita)
"Hugo del Carril fue además un hombre de una corrección ejemplar. Mientras dispuso de medios acudió en ayuda de cuanto colega lo necesitó.Y su palabra, su amistad y su consejo estuvieron siempre al lado de los jóvenes, a quienes asistió con su experiencia y su solidaridad. Siempre puso el gesto amistoso y cordial por sobre las diferencias que en algún momento lo hirieron.
Esa hidalguía, unida a su simpatía y a su apostura (una especial mezcla de porteñidad y criollismo), más sus condiciones artísticas, contribuyeron para ratificar el adjetivo de ídolo popular que hemos elegido para esta nota, como un merecido homenaje a su digna trayectoria." (Gaspar Astarita)
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